Gastronomía de Dinamarca
Desde siempre, una de las actividades más presentes en todo viaje al extranjero es conocer su cultura, sus tradiciones y, con ellas, su gastronomía. En los últimos años, el turismo gastronómico ha echado mano de esta costumbre y la ha convertido en una tendencia de gran importancia en el ámbito.
Un viaje a Dinamarca seguramente os hará detenernos al menos un momento para probar alguno de sus platillos principales, y si además sois aficionados al turismo gastronómico, habrá mucho por explorar en este país.
Debido a la gran presencia de la cultura francesa en el territorio danés, su gastronomía también ha calado hondo en la cocina local. También la cocina italiana ha dejado su marca, ambas adoptadas mayormente por la clase alta de Dinamarca. En sus orígenes, sin embargo, la gastronomía del país está más relacionada con las recetas rurales de sus habitantes, que constituyen la tradición más antigua.
Así, del encuentro de la cultura local y de costumbres extranjeras nace la gastronomía actual, rica en típicas recetas nórdicas y otras más influenciadas por la alta cocina del centro de Europa continental.
Debido a la proximidad con el mar, abundan en la cocina danesa los platos elaborados con pescados y mariscos. Esto, sumado a la tradición agrícola del país, combina los frutos de mar con gran variedad de raíces, verduras y hierbas que dan como resultado platos frescos y aromáticos. El extendido uso de la carne de cerdo y aves, así como los quesos duros, añaden a la cocina local el toque invernal y proteico de las recetas tradicionales.
A diferencia de muchos países, Dinamarca tiene por costumbre dar la mayor importancia a la cena. De todas las comidas del día, esta es la más abundante y la que se comparte en familia. A esta comida se destinan las recetas calientes y las más elaboradas, como el Frikadeller (albóndigas de carne con leche, huevo y especias), el Hakkebof med log (carne picada con cebollas caramelizadas y patatas) y el Boller i karry (albóndigas con curry, manzana, cebolla, apio y arroz). También destacan algunos platos fritos, como el Stegt flaesk med persillesovs (cerdo frito con perejil y patatas) y la Medisterpolse (longaniza frita).
Los postres son muy frutales, con gran predominancia de la manzana y las fresas, a veces utilizadas en pasteles o simplemente servidas con nata montada. También se acostumbra a prepararlas en ensaladas, en compota o elaborar bebidas espesas que se toman a modo de sopa fría en los meses de altas temperaturas.
Al mediodía, por el contrario, los daneses no consumen platos calientes y elaborados, sino que toman un buffet frío que normalmente incluye smorrebrod (rebanadas de pan de centeno), frikadeller (albóndigas de carne), fiskefrikadeller (albóndigas de pescado), arenques y una pasta fría de hígado.
Para beber, la cerveza es muy popular, habiendo algunas marcas famosas de origen danés. El licor de cerezas, bebida de invención nacional, es ideal como acompañamiento durante el postre. El snaps, por su parte, es una bebida elaborada con vodka aromatizado por hierbas y bayas.
Como veis, la gastronomía danesa tiene mucho que ofrecer. De seguro podréis disfrutar de estas y otras deliciosas recetas durante el viaje a Dinamarca.
Foto vía: virtualwayfarer
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